El conde Drácula, un “collage“ de atributos despectivos

jueves, 5 de abril de 2012

Es en 1897 que sabemos por primera vez de este personaje ficticio. Su autor, Bram Stoker nos cuenta el relato de un personaje frío, un conde vampiro que disfruta la sangre de sus víctimas. Pero, que semejanza tiene esto con la realidad? ¿Existió en realidad un conde con esas cualidades?

En realidad nunca existió un tal “conde Drácula“. Stoker utilizó, en vez, un par de malos atributos para su novela. Se dice que el modelo del famoso conde se llamó Vlad III Tepes, príncipe de Valaquia, Rumania.
Vlad III adoptó el epíteto Draculae de su padre Vlad II, quien tenía el de Dracul. 
Es después de esto, que se le conoce con el nombre de Vlad III Tepes, lo cual significa “El Empalador“. Y es que a este príncipe le gustaba mucho empalar a sus enemigos. Pero esto también era una forma de ejecución muy común en la región durante el siglo XV. Pero en realidad el príncipe Vlad no era un hombre tan despiadado. 
Es más, Vlad III es considerado héroe nacional en Rumania, pues peleó por la independencia de ésta del Imperio Otomano. 
Con respecto a el lugar de origen del conde, Transilvania pertenecía en aquel entonces a Hungría, y no a Rumania. El autor utilizó esta ciudad por tener características más místicas y obscuras que las que, en ese momento, el principado de Valaquia podía ofrecer.
Sin duda que el autor investigó mucho sobre este personaje y decidió recopilar distintos atributos para poder crear una novela que hoy en día, ha sido traducida a todos los idiomas importantes del mundo.
Sin embargo, el mito del conde Drácula es eso, solo un mito.

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